Polvo nocivo: de las alergias al cáncer o los peligros de la lana mineral

La lana mineral probablemente sea un material de construcción que le resulte familiar. Se utiliza para aislamiento de paredes y como aislamiento acústico.¿Pero sabes lo peligroso que es para la salud humana? Los fabricantes y vendedores afirman que la lana mineral es un material ecológico elaborado a partir de ingredientes naturales. Por desgracia, estas son solo hermosas palabras de los especialistas en marketing.

¿Cuáles son los peligros de la lana mineral?

Alergias, fibrosis pulmonar, intoxicación crónica del cuerpo, enfermedades del sistema nervioso, enfermedades renales y hepáticas y, finalmente, cáncer: esta no es una lista completa de todos los problemas que pueden surgir al usar lana mineral. Averigüemos por qué.

La lana mineral se fabrica a partir de rocas. El material es verdaderamente natural. Pero la naturaleza también tiene sus trampas. En primer lugar, durante el proceso de producción, la roca se funde bajo la influencia de altas temperaturas y se estira hasta formar finas fibras. Estas fibras se rompen fácilmente y liberan al aire polvo peligroso que contiene óxidos de elementos como silicio, aluminio, magnesio, hierro, calcio y otros. Este polvo se deposita con bastante lentitud y penetra fácilmente en los pulmones humanos.

Todas estas sustancias son alérgenos y, lo más importante, tienen un efecto fibrogénico, es decir, provocan fibrosis pulmonar. Las formas graves de esta enfermedad son incurables porque el tejido pulmonar está dañado.

Además de las rocas, la lana mineral incluye escorias y cargas. Se trata de residuos de la producción minera y metalúrgica. Contienen compuestos de decenas de elementos de la tabla periódica. Entre ellos se encuentran sustancias que contienen metales pesados: plomo, cobre, zinc, níquel y otros.

Tienen un impacto negativo en casi todos los sistemas anatómicos y funcionales humanos, incluidos los sistemas nervioso central y cardiovascular.

Por ejemplo, el plomo es peligroso para los riñones y el sistema circulatorio. El cadmio altera el metabolismo. El exceso de cobre en el organismo es perjudicial para los riñones y el hígado. El zinc es peligroso para los intestinos.

Pero los componentes más peligrosos de la lana mineral son las resinas de fenol-formaldehído. Se utilizan como aglutinante para preservar la estructura de las fibras minerales. Como sugiere el nombre, las resinas de fenol-formaldehído se elaboran a partir de fenol y formaldehído y liberan estas sustancias al aire. Ambos son tóxicos. Según GOST 12.1.007-76, se les asigna la clase de sustancias altamente peligrosas. Para una mejor comprensión, observamos que el fosgeno, utilizado para crear armas químicas, tiene exactamente la misma clase.

Durante el funcionamiento de la lana mineral, se liberan gradualmente vapores de fenol y formaldehído. Al acumularse en el aire, penetran lenta pero seguramente en el cuerpo humano, provocando irritación, alergias e intoxicaciones crónicas. El formaldehído, entre otras cosas, es cancerígeno, es decir, puede provocar cáncer.

¿Vale la pena arriesgar la salud utilizando lana mineral como aislante?

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